La
intención de esta enseñanza nace de una frustración, si yo se… que fuente más
peligrosa, pero creo que mi interpretación y el estudio personal fueron
sinceros. Como muchos yo ya había sido instruido en cuanto al descernimiento de
la guía de Dios. Sin embargo al seguir los pasos normales que me enseñaron, no
siempre obtuve la imagen clara que se esperaba debía materializarse.
¿Son los
creyentes como ratas de laboratorio relegadas a un intrincado laberinto de
decisiones mientras Dios se limita a observar? Por supuesto que no.
Parece ser
que profesores de Biblia británicos y norteamericanos relacionados con el
movimiento Keswick fueron los que desarrollaron lo que se ha convertido en la
postura tradicional. Este movimiento surgió de las conferencias de vida
espiritual que comenzaron en 1875 en Keswick, Inglaterra, y se propagó por
América convirtiéndose en una fuerza impactante gracias a las misiones
mundiales. Debido a esta influencia, muchos creyentes de todo el mundo
recibieron como enseñanza esta postura tradicional y creen que es la única.
CONCEPTOS UTILES PARA FINES DE ESTE ESTUDIO.
A. La
voluntad soberana de Dios = el plan secreto de Dios que determina todo lo que
sucede en el universo (Daniel 4:35; Proverbios 16:33; 21:1; Apocalipsis 4:11;
Efesios 1:11; Romanos 9:19; 11:33-36; Hechos 2:23; 4:27-28). Como la voluntad soberana
de Dios es secreta, no afecta nuestras decisiones en forma directa.
B. La
voluntad moral de Dios = los mandamientos revelados de Dios en la Biblia que
enseñan cómo los hombres deben creer y vivir (Romanos 2:18; 1 Tesalonicenses 4:3;
5:18; 2 Corintios 6:14; más todos los otros mandatos directos de las
Escrituras). El creyente debe obedecer lo que Dios dice en la Biblia. Sin embargo,
la voluntad moral de Dios no se refiere en forma específica a muchas de las
decisiones que el individuo enfrenta.
C. La
voluntad individual de Dios (VOLUTAD PERFECTA)= el detallado plan de vida ideal
de Dios, diseñado en forma única para cada persona (Colosenses 1:9; 4:12;
Efesios 5=17; 6:6; Proverbios 3:5-6; 16:9; Salmo 32:8; Génesis 24). La
orientación de Dios para tomar decisiones la da la presencia del Espíritu Santo
que en forma progresiva revela el plan de vida divino al corazón del creyente a
través de una gran variedad de medios. Este es el aspecto de la voluntad de
Dios que por lo general le preocupa más a los que enfrentan decisiones vitales.
LA POSTURA TRADICIONAL SOBRE LA MANERA DE TOMAR DECISIONES
Premisa: para
cada una de nuestras decisiones, Dios tiene
un plan o una voluntad perfectos.
Propósito:
la meta del creyente es descubrir la voluntad
individual de Dios (dar en el blanco, hallar el punto central) y tomar
decisiones de acuerdo a ella.
Proceso: el
creyente interpreta las sensaciones interiores y las señales externas, que el
Espíritu Santo emplea para comunicar la voluntad individual de Dios.
Prueba: la
confirmación de que uno ha logrado discernir la voluntad individual de Dios
viene de una sensación interna de paz y una manifestación externa (exitosa)
como resultado de la decisión
VERSÍCULOS QUE SE
USAN PARA SUSTENTAR ESTA POSTURA.
Enseñanza bíblica:
Varios versículos enseñan de manera directa que Dios tiene una voluntad
individual perfecta para cada creyente.
1.
Colosenses 1:9-10: una oración para que pudieran «conocer plenamente su
voluntad»
2. Romanos
12:1-2: una exhortación a «comprobar» la voluntad de Dios.
3.
Proverbios 3:5-6: una promesa de que Dios «hará derechas tus veredas» (RVR
1995), en referencia a los que confían en él
4. Isaías
30:21: una promesa de dirección hacia el «camino« correcto
5. Salmo
32:8: una promesa de instruir y aconsejar en «el camino que debes seguir»
6. Efesios
2:10: dirección para «buenas obras» específicas
7. Génesis
24: un ejemplo de guía para hallar la esposa correcta
l.
Premisa: Para cada decisión, Dios tiene un plan ideal que él dará a conocer a
cada creyente atento.
A.
En vez de preguntar: «¿Qué será mejor para mí» o «¿Qué me hará feliz!», el
cristiano siempre debe preguntarse: «¿Cuál es la voluntad de Dios en cuanto a
esta decisión»
B.
Dados el deseo y la capacidad de Dios para comunicarse, el creyente puede tener
confianza en que la voluntad de Dios podrá conocerse con certeza en cualquier
situación.
C. Fracasar en el
discernimiento o en la obediencia a la orientación de Dios da como resultado
ansiedad, frustración y desánimo causados por vivir fuera del centro de la
voluntad de Dios.
Algunos escritores emplean la imagen
visual de un blanco para describir el «centro de la voluntad de Dios». Hallar
el punto central dentro del gran círculo de la voluntad moral de Dios resulta
esencial para realizar las decisiones correctas en la vida diaria. (Cuidado con
la Misha)
Elegir otra cosa que no sea la
perfecta voluntad de Dios (errar al blanco) dará como resultado experimentar la
«segunda opción» de Dios o vivir dentro de la “voluntad permisiva” de Dios.
La postura tradicional promete claridad.
Así debe ser porque el Dios que hace conocer su voluntad «no tartamudea» al
hablar. Pero cuando uno sigue con cuidado los pasos establecidos por la postura
tradicional, el resultado no siempre es un mensaje del cielo sin ambigüedades.
Entonces,
¿cómo se interpreta esta dificultad? Si la postura tradicional es correcta,
solo cabe una explicación: la persona que "busca la orientación divina
debe de ser espiritualmente defectuosa.
Los ejemplos escriturales deben
tomarse con cuidado. Muchos de los sucesos en la Biblia fueron incluidos
principalmente porque eran únicos o insólitos. Debemos determinar si cada
ejemplo mencionado tenía la intención de ilustrar la conducta o la experiencia
cristiana normativa. ¿Deberían los creyentes de hoy en día poner en práctica el
beso santo (1 Corintios 16:20)? ¿Deberíamos esperar que una luz y una voz
provenientes del cielo acompañaran un llamado al ministerio (Hechos 9:3-4)?
Dios le habló a Balaam por medio de una burra (Números 22:28-30). ¿Será
necesario que cada creyente tenga una en el fondo de la casa por las dudas?
Estas sugerencias podrían parecer exageradas, pero nos recuerdan que si bien
los ejemplos escriturales tienen un valor real, se deben interpretar con
cuidado. Los ejemplos escriturales que se exponen para apoyar el concepto de la
voluntad individual invariablemente citan instancias en las que Dios de manera invariable
guió con una revelación sobrenatural que fue mucho más específica que la
voluntad moral de Dios. El Antiguo Testamento incluye relatos de personas que
recibieron una orientación directa a asumir determinadas vocaciones (tales como
líder, profeta, rey) o llevar a cabo ciertas tareas (p. ej. Jonás 1:2). El
libro de los Hechos registra numerosas indicaciones divinas que recibieron
Pablo y los demás. Pablo fue llamado, literalmente, a ser un apóstol por
vocación (Hechos 9; 1 Corintios 1:1; Gálatas 1:1). Fue enviado como misionero (Hechos
13:1-2). Durante la labor misionera de Pablo, este fue enviado a determinados
lugares de ministerio y aparte de los demás (Hechos 16:6-10; 18:9-10; 22:17-21;
2p1). A Pedro se le dijo que fuera a la casa de Cornelio (Hechos 10:17-20)
luego de que Cornelio fuera enviado a buscar a Pedro (Hechos 10:5). Más tarde,
Pedro fue sacado de la cárcel de Herodes (Hechos 12:7-8). Felipe fue llevado a
un camino desértico (Hechos 8:26) para acercarse a determinado carro (Hechos
8:29), desde donde fue transportado hasta la ciudad de Azoto (Hechos 8:39-40).
Ananías recibió la orden de buscar a Saulo de Tarso luego de la experiencia en
el camino a Damasco (Hechos 9:10-16). No existen dudas de que estos casos
involucraron una orientación que era más específica que las órdenes morales
generales de las Escrituras. La pregunta es si estos ejemplos prueban que Dios
tiene una voluntad individual para cada creyente.
La postura
tradicional tiene debilidades en cuanto a esto. El primer punto débil es que el
número de casos registrados no es suficiente como para constituir una
experiencia normativa. En los primeros treinta años de historia eclesial
registrados en el libro de los Hechos, hubo de quince a veinte circunstancias
de guía personal y directa. A Pablo se le dieron muchas de estas indicaciones.
Sin embargo, a lo largo de su ministerio fueron relativamente pocas las
decisiones determinadas por esa clase de orientación. La mayor parte del tiempo
tuvo que considerar los méritos aparentes de opciones diversas antes de
determinar un curso de acción. En otras palabras, él tuvo que decidir (Hechos 15:36;
Hechos 20:16; Romanos 1:10-13; 1 Corintios 16:4-9; 2 Corintios 1:15-2-4). Los
casos de orientación directa son claramente la excepción a la regla, incluso en
el caso de Pablo.
El segundo punto débil es que estos ejemplos no son lo
suficientemente globales o exhaustivos. La voluntad individual de Dios para la
vida del creyente debería cubrir cada decisión que se tome. Sin embargo, los
ejemplos no se refieren a las decisiones comunes y cotidianas. La mayoría de
los ejemplos del libro de los Hechos tiene alguna relación directa con la
extensión del evangelio; Dios brindó orientación específica para asegurar el
alcance evangelístico durante los años formativos de la iglesia. Dicho
propósito se ve con claridad en la orientación brindada a Pedro, a Cornelio, a
Felipe, a Ananías, a Bernabé, a la iglesia de Antioquía y a Pablo. En el libro
de los Hechos no hay ninguna indicación de que haya habido alguna palabra
específica de parte de Dios en cuanto a las decisiones comunes del diario
vivir.
La ausencia de
ejemplos irrefutables del enfoque de la postura tradicional en cuanto a tomar
decisiones es sorprendente. En la Biblia ningún creyente pregunta: «¿Cuál es la
voluntad individual de Dios para mí en cuanto a tal asunto?» Mucho del
vocabulario y de los conceptos de la presentación tradicional están ausentes en
la Biblia. Uno no lee nada acerca de la «voluntad específica», «el centro de la
voluntad de Dios», «decisión correcta», «poner un vellón» ni siquiera se habla
de «hallar la voluntad de Dios».
Lo que resulta
más asombroso todavía es que ninguna decisión se explica sobre la base de que
fue «la voluntad individual de Dios». Hoy en día escuchamos con frecuencia que
la gente dice: «Hice esto porque supe que era la voluntad de Dios para mí» o «Sentí
en mi corazón que Dios quería que yo hiciera esto». Los apóstoles con
frecuencia daban razones en cuanto a sus decisiones, pero nunca en tales
términos." Si sus decisiones se basaron en la voluntad individual de Dios
llama la atención que jamás lo hayan mencionado. Algo que es tan común y
esencial en la postura tradicional vemos que en el Nuevo Testamento no se dice
una sola palabra al respecto.
Por ejemplo,
leemos en Hechos 8 que Dios guió en forma sobrenatural a Felipe para que le
explicara el evangelio al eunuco etíope. ¿Es válido deducir a partir de esto
que Dios pondrá la idea en el corazón del creyente que lo dirija a determinadas
personas a las que debe testificar? A menos que exista en las Escrituras una
enseñanza específica que prometa dicha guía por parte de Dios (y sostengo que
no la hay), esta deducción no se justifica. La diferencia entre «un ángel del
Señor» que le habló a Felipe (Hechos 8:26) y una impresión interior en el
corazón de un creyente contemporáneo es demasiado grande.
En los Hechos,
esa guía llegó a través de visiones (9:10-16; 10:3-8; 10:17; 16:9-10; 18:9;
22:17-21), de un mensajero angelical (8:26; 12:7-8; 27:23), del milagro físico
(8:39); de la voz audible de Dios (8:29; 9:3-6; 10:19-20; 23:11) o de un
profeta que recibió la revelación directa (13:1-2; 21:10-11). No existen
ejemplos registrados donde se halla brindado orientación detallada por un medio
que no fuera la revelación sobrenatural. Uno podría llegar a argumentar que
Dios puede dar orientación a un creyente que sea más específica que la hallada
en la Biblia; pero si lo hace, será por medios sobrenaturales.
Este tipo
de revelaciones pueden pasar y en ningún momento negamos el hecho, pero debemos
tener mucho cuidado.
Creo
firmemente que Dios nos puede guiar, y lo hace a través de su Espíritu que
habita en nosotros, pero la guía del Espíritu siempre estará circunscrita a la
voluntad moral de Dios, nunca la contradecirá. El espíritu de Dios que habita
en nosotros nos guiara a toda verdad, bueno toda la verdad es la voluntad moral
de Dios SU PALABRA, en lo que no dice SU palabra nuestras decisiones deberían
estar fundamentadas en principios obtenidos de SU palabra, SABIDURIA.
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