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lunes, 24 de octubre de 2011

LA FAMOSA VOLUNTAD PERFECTA DE DIOS PARTE 1




La intención de esta enseñanza nace de una frustración, si yo se… que fuente más peligrosa, pero creo que mi interpretación y el estudio personal fueron sinceros. Como muchos yo ya había sido instruido en cuanto al descernimiento de la guía de Dios. Sin embargo al seguir los pasos normales que me enseñaron, no siempre obtuve la imagen clara que se esperaba debía materializarse.

¿Son los creyentes como ratas de laboratorio relegadas a un intrincado laberinto de decisiones mientras Dios se limita a observar? Por supuesto que no.

Parece ser que profesores de Biblia británicos y norteamericanos relacionados con el movimiento Keswick fueron los que desarrollaron lo que se ha convertido en la postura tradicional. Este movimiento surgió de las conferencias de vida espiritual que comenzaron en 1875 en Keswick, Inglaterra, y se propagó por América convirtiéndose en una fuerza impactante gracias a las misiones mundiales. Debido a esta influencia, muchos creyentes de todo el mundo recibieron como enseñanza esta postura tradicional y creen que es la única.

CONCEPTOS UTILES PARA FINES DE ESTE ESTUDIO.

A. La voluntad soberana de Dios = el plan secreto de Dios que determina todo lo que sucede en el universo (Daniel 4:35; Proverbios 16:33; 21:1; Apocalipsis 4:11; Efesios 1:11; Romanos 9:19; 11:33-36; Hechos 2:23; 4:27-28). Como la voluntad soberana de Dios es secreta, no afecta nuestras decisiones en forma directa.

B. La voluntad moral de Dios = los mandamientos revelados de Dios en la Biblia que enseñan cómo los hombres deben creer y vivir (Romanos 2:18; 1 Tesalonicenses 4:3; 5:18; 2 Corintios 6:14; más todos los otros mandatos directos de las Escrituras). El creyente debe obedecer lo que Dios dice en la Biblia. Sin embargo, la voluntad moral de Dios no se refiere en forma específica a muchas de las decisiones que el individuo enfrenta.

C. La voluntad individual de Dios (VOLUTAD PERFECTA)= el detallado plan de vida ideal de Dios, diseñado en forma única para cada persona (Colosenses 1:9; 4:12; Efesios 5=17; 6:6; Proverbios 3:5-6; 16:9; Salmo 32:8; Génesis 24). La orientación de Dios para tomar decisiones la da la presencia del Espíritu Santo que en forma progresiva revela el plan de vida divino al corazón del creyente a través de una gran variedad de medios. Este es el aspecto de la voluntad de Dios que por lo general le preocupa más a los que enfrentan decisiones vitales.

LA POSTURA TRADICIONAL SOBRE LA MANERA DE TOMAR DECISIONES

Premisa: para cada una de nuestras decisiones, Dios tiene un plan o una voluntad perfectos.

Propósito: la meta del creyente es descubrir la voluntad individual de Dios (dar en el blanco, hallar el punto central) y tomar decisiones de acuerdo a ella.

Proceso: el creyente interpreta las sensaciones interiores y las señales externas, que el Espíritu Santo emplea para comunicar la voluntad individual de Dios.

Prueba: la confirmación de que uno ha logrado discernir la voluntad individual de Dios viene de una sensación interna de paz y una manifestación externa (exitosa) como resultado de la decisión

VERSÍCULOS QUE SE USAN PARA SUSTENTAR ESTA POSTURA.

Enseñanza bíblica: Varios versículos enseñan de manera directa que Dios tiene una voluntad individual perfecta para cada creyente.

1. Colosenses 1:9-10: una oración para que pudieran «conocer plenamente su voluntad»

2. Romanos 12:1-2: una exhortación a «comprobar» la voluntad de Dios.

3. Proverbios 3:5-6: una promesa de que Dios «hará derechas tus veredas» (RVR 1995), en referencia a los que confían en él

4. Isaías 30:21: una promesa de dirección hacia el «camino« correcto

5. Salmo 32:8: una promesa de instruir y aconsejar en «el camino que debes seguir»

6. Efesios 2:10: dirección para «buenas obras» específicas

7. Génesis 24: un ejemplo de guía para hallar la esposa correcta

l. Premisa: Para cada decisión, Dios tiene un plan ideal que él dará a conocer a cada creyente atento.

A. En vez de preguntar: «¿Qué será mejor para mí» o «¿Qué me hará feliz!», el cristiano siempre debe preguntarse: «¿Cuál es la voluntad de Dios en cuanto a esta decisión»

B. Dados el deseo y la capacidad de Dios para comunicarse, el creyente puede tener confianza en que la voluntad de Dios podrá conocerse con certeza en cualquier situación.

C. Fracasar en el discernimiento o en la obediencia a la orientación de Dios da como resultado ansiedad, frustración y desánimo causados por vivir fuera del centro de la voluntad de Dios.
Algunos escritores emplean la imagen visual de un blanco para describir el «centro de la voluntad de Dios». Hallar el punto central dentro del gran círculo de la voluntad moral de Dios resulta esencial para realizar las decisiones correctas en la vida diaria. (Cuidado con la Misha)
Elegir otra cosa que no sea la perfecta voluntad de Dios (errar al blanco) dará como resultado experimentar la «segunda opción» de Dios o vivir dentro de la “voluntad permisiva” de Dios.

 DEBILIDADES DE ESTA POSTURA.

La postura tradicional promete claridad. Así debe ser porque el Dios que hace conocer su voluntad «no tartamudea» al hablar. Pero cuando uno sigue con cuidado los pasos establecidos por la postura tradicional, el resultado no siempre es un mensaje del cielo sin ambigüedades.
Entonces, ¿cómo se interpreta esta dificultad? Si la postura tradicional es correcta, solo cabe una explicación: la persona que "busca la orientación divina debe de ser espiritualmente defectuosa.

Los ejemplos escriturales deben tomarse con cuidado. Muchos de los sucesos en la Biblia fueron incluidos principalmente porque eran únicos o insólitos. Debemos determinar si cada ejemplo mencionado tenía la intención de ilustrar la conducta o la experiencia cristiana normativa. ¿Deberían los creyentes de hoy en día poner en práctica el beso santo (1 Corintios 16:20)? ¿Deberíamos esperar que una luz y una voz provenientes del cielo acompañaran un llamado al ministerio (Hechos 9:3-4)? Dios le habló a Balaam por medio de una burra (Números 22:28-30). ¿Será necesario que cada creyente tenga una en el fondo de la casa por las dudas? Estas sugerencias podrían parecer exageradas, pero nos recuerdan que si bien los ejemplos escriturales tienen un valor real, se deben interpretar con cuidado. Los ejemplos escriturales que se exponen para apoyar el concepto de la voluntad individual invariablemente citan instancias en las que Dios de manera invariable guió con una revelación sobrenatural que fue mucho más específica que la voluntad moral de Dios. El Antiguo Testamento incluye relatos de personas que recibieron una orientación directa a asumir determinadas vocaciones (tales como líder, profeta, rey) o llevar a cabo ciertas tareas (p. ej. Jonás 1:2). El libro de los Hechos registra numerosas indicaciones divinas que recibieron Pablo y los demás. Pablo fue llamado, literalmente, a ser un apóstol por vocación (Hechos 9; 1 Corintios 1:1; Gálatas 1:1). Fue enviado como misionero (Hechos 13:1-2). Durante la labor misionera de Pablo, este fue enviado a determinados lugares de ministerio y aparte de los demás (Hechos 16:6-10; 18:9-10; 22:17-21; 2p1). A Pedro se le dijo que fuera a la casa de Cornelio (Hechos 10:17-20) luego de que Cornelio fuera enviado a buscar a Pedro (Hechos 10:5). Más tarde, Pedro fue sacado de la cárcel de Herodes (Hechos 12:7-8). Felipe fue llevado a un camino desértico (Hechos 8:26) para acercarse a determinado carro (Hechos 8:29), desde donde fue transportado hasta la ciudad de Azoto (Hechos 8:39-40). Ananías recibió la orden de buscar a Saulo de Tarso luego de la experiencia en el camino a Damasco (Hechos 9:10-16). No existen dudas de que estos casos involucraron una orientación que era más específica que las órdenes morales generales de las Escrituras. La pregunta es si estos ejemplos prueban que Dios tiene una voluntad individual para cada creyente.

La postura tradicional tiene debilidades en cuanto a esto. El primer punto débil es que el número de casos registrados no es suficiente como para constituir una experiencia normativa. En los primeros treinta años de historia eclesial registrados en el libro de los Hechos, hubo de quince a veinte circunstancias de guía personal y directa. A Pablo se le dieron muchas de estas indicaciones. Sin embargo, a lo largo de su ministerio fueron relativamente pocas las decisiones determinadas por esa clase de orientación. La mayor parte del tiempo tuvo que considerar los méritos aparentes de opciones diversas antes de determinar un curso de acción. En otras palabras, él tuvo que decidir (Hechos 15:36; Hechos 20:16; Romanos 1:10-13; 1 Corintios 16:4-9; 2 Corintios 1:15-2-4). Los casos de orientación directa son claramente la excepción a la regla, incluso en el caso de Pablo.

El segundo punto débil es que estos ejemplos no son lo suficientemente globales o exhaustivos. La voluntad individual de Dios para la vida del creyente debería cubrir cada decisión que se tome. Sin embargo, los ejemplos no se refieren a las decisiones comunes y cotidianas. La mayoría de los ejemplos del libro de los Hechos tiene alguna relación directa con la extensión del evangelio; Dios brindó orientación específica para asegurar el alcance evangelístico durante los años formativos de la iglesia. Dicho propósito se ve con claridad en la orientación brindada a Pedro, a Cornelio, a Felipe, a Ananías, a Bernabé, a la iglesia de Antioquía y a Pablo. En el libro de los Hechos no hay ninguna indicación de que haya habido alguna palabra específica de parte de Dios en cuanto a las decisiones comunes del diario vivir.

La ausencia de ejemplos irrefutables del enfoque de la postura tradicional en cuanto a tomar decisiones es sorprendente. En la Biblia ningún creyente pregunta: «¿Cuál es la voluntad individual de Dios para mí en cuanto a tal asunto?» Mucho del vocabulario y de los conceptos de la presentación tradicional están ausentes en la Biblia. Uno no lee nada acerca de la «voluntad específica», «el centro de la voluntad de Dios», «decisión correcta», «poner un vellón» ni siquiera se habla de «hallar la voluntad de Dios».

Lo que resulta más asombroso todavía es que ninguna decisión se explica sobre la base de que fue «la voluntad individual de Dios». Hoy en día escuchamos con frecuencia que la gente dice: «Hice esto porque supe que era la voluntad de Dios para mí» o «Sentí en mi corazón que Dios quería que yo hiciera esto». Los apóstoles con frecuencia daban razones en cuanto a sus decisiones, pero nunca en tales términos." Si sus decisiones se basaron en la voluntad individual de Dios llama la atención que jamás lo hayan mencionado. Algo que es tan común y esencial en la postura tradicional vemos que en el Nuevo Testamento no se dice una sola palabra al respecto.

Por ejemplo, leemos en Hechos 8 que Dios guió en forma sobrenatural a Felipe para que le explicara el evangelio al eunuco etíope. ¿Es válido deducir a partir de esto que Dios pondrá la idea en el corazón del creyente que lo dirija a determinadas personas a las que debe testificar? A menos que exista en las Escrituras una enseñanza específica que prometa dicha guía por parte de Dios (y sostengo que no la hay), esta deducción no se justifica. La diferencia entre «un ángel del Señor» que le habló a Felipe (Hechos 8:26) y una impresión interior en el corazón de un creyente contemporáneo es demasiado grande.

En los Hechos, esa guía llegó a través de visiones (9:10-16; 10:3-8; 10:17; 16:9-10; 18:9; 22:17-21), de un mensajero angelical (8:26; 12:7-8; 27:23), del milagro físico (8:39); de la voz audible de Dios (8:29; 9:3-6; 10:19-20; 23:11) o de un profeta que recibió la revelación directa (13:1-2; 21:10-11). No existen ejemplos registrados donde se halla brindado orientación detallada por un medio que no fuera la revelación sobrenatural. Uno podría llegar a argumentar que Dios puede dar orientación a un creyente que sea más específica que la hallada en la Biblia; pero si lo hace, será por medios sobrenaturales.

Este tipo de revelaciones pueden pasar y en ningún momento negamos el hecho, pero debemos tener mucho cuidado.

Creo firmemente que Dios nos puede guiar, y lo hace a través de su Espíritu que habita en nosotros, pero la guía del Espíritu siempre estará circunscrita a la voluntad moral de Dios, nunca la contradecirá. El espíritu de Dios que habita en nosotros nos guiara a toda verdad, bueno toda la verdad es la voluntad moral de Dios SU PALABRA, en lo que no dice SU palabra nuestras decisiones deberían estar fundamentadas en principios obtenidos de SU palabra, SABIDURIA.

FIN PRIMERA PARTE.

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